
Era una noche soleada
y sin embargo llovía.
Nadaba una rana muerta
en una charca vacía.
Y a la luz de un farol apagado
leía un joven de cien años
en un libro sin letras que así decía
antes morir que perder la vida.
y sin embargo llovía.
Nadaba una rana muerta
en una charca vacía.
Y a la luz de un farol apagado
leía un joven de cien años
en un libro sin letras que así decía
antes morir que perder la vida.
9 comentarios:
Ufffffffffff¡¡¡
Tanta contradicción me suena..., a que lo sacaste del diario El País.
O por lo menos seguro que está inspirado en sus brillantes páginas¡¡¡
Ja¡¡¡
Si es que el mundo está lleno de absurdo...
Begoña (Triste sonriente)
Creo que vou ter algo máis que palabras con capitán mekemeke.
Así vai o planeta, lóxico.
O poema, un exitazo, dende logo. :D
Recoméndovos a Les Luthiers (menos a cpt. mekemeke, non os entendería...).
oh! me encantan los absurdos. muy original, a mi no se me habria ocurrido.
un abrazo
¿Qué sería de nosotros sin el absurdo?
Ya veo que tiene éxito mi bonita poesía de lo absurdo jejeje.
era de noche y sin embargo llovia, a la luz de un farol apagado revoloteaban
los chanchos como manadas de mariposas, a lo lejos se oyó un rebuzno, sera mi padre? se pregunto la princesa y cayó desvanecida, cuando desperto era un cadaver putrefacto.
Yo la conozco así...
Era una noche serena
y sin embargo llovía,
Cantaba una rana muerta
en un alberca vacía.
Salí corriendo despacio,
Atranque la luz
y apague la puerta,
colgué la ropa en la cama
Y me acosté en la percha.
Una noche de verano y sin embargo llovía tres ranas muertas nadaban en una alberca vacía
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